Montmeló 2015: Sin frenos y a lo loco

Sólo Fernando Alonso ha conseguido ganar en Montmeló sin salir desde la primera línea de la parrilla. Ferrari lo olvidó, como muchas otras cosas. Los de rojo no aprenden y se ponen en evidencia. Conocían la importancia de tener la posición ganada en esta pista y vieron como Hamilton se veía incapaz de adelantar a Vettel, pero decidieron ignorar lo que tenían delante de las narices, para variar, y seguir con el plan establecido, como en Bahrein. Puede que hubiesen obtenido el mismo resultado final, pero si hubiesen cubierto a Hamilton en su segunda parada, el inglés, en vez de tener aire libre para esprimir su Mercedes, hubiese tenido que adelantar a Vettel en pista, y no lo logró durante la primera mitad de la carrera...

Ferrari regala la ventaja cuando la tiene y no la busca cuando le falta. Montmeló hizo ciertas las palabras de Montezemolo y de Alonso. Como en 2014, terminaron a 45 segundos del ganador, un Rosberg que por fin parece haberse reencontrado con su mojo. Los podios que han recogido esta temporada se deben más a desgracias ajenas que a virtudes propias. Williams se ha estancado, Reb Bull ha dado dos pasos atrás, McLaren va a lo suyo y Lotus aún anda recuperándose de su 2014 desastroso. ¿Quién queda para caerse en el tercer cajón del podio?... Ferrari.

A los despropósitos rojos, se sumaron los infortunios de McLaren. Aunque el resultado final no lo reflejase, McLaren-Honda sigue prograsando con paso firme. El ritmo de carrera y la estrategia de Alonso le hubiesen puesto en la octava o novena posición al final de la carrera. El protector de la visera que se le coló en el conducto de refrigeración de uno de los frenos traseros tenía una opinión distinta. Un problema inusitado, de esos que ocurren una vez cada cien carreras, hirvió el líquido de frenos y heló a afición. Habrá que esperar un poco más para ver a McLaren recoger sus primeros puntos. ¿Y Button? El pobre agarre del asfalto catalán este fin de semana sorprendió a todos los pilotos, a Button más que otros. Todo apunta a una mala elección de reglajes, nada mal con su coche tampoco.

¿Quién se encargó entonces de darle emoción al Gran Premio? Toro Rosso. O mejor dicho: Verstappen y Sainz. Ambos hijos de pilotos —aunque Sainz gana en pedigrí por goleada—, ambos debutan esta temporada, ambos brillaron en la cronometrada del sábado —Sainz quinto, Verstapen sexto—; aunque mientras Verstappen empezó la temporada con halo de gran promesa y todas las cámaras apuntándole, Sainz llegó agazapado, sin llamar la atención, hasta que hace cosas como lo que vimos el domingo.

Ambos pilotos mantuvieron un tira y afloja durante toda la carrera. Empezaron sufriendo la falta de velocidad punta del Toro Rosso, entregando posiciones a los que venían por detrás. Después la balanza pareció inclinarse hacia a estrategia agresiva de Verstappen. Pero Sainz y sus ingenieros tenían un plan. Tras estirar sus segunda parada, el español se lanzó a la caza y captura de los puntos en las últimas vueltas. Alcanzó a Verstappen sin esfuerzo; pero el duelo descafeinado entre Kimi y Bottas se les coló en medio y tubo que esperar a doblasen al holandés para intentar adelantarlo. Y lo adelantó, sin miramientos ni dudas. Le arrebató el último punto y le magulló el orgullo. No contento con eso, se lanzó a por Kvyat. En la última vuelta, le dio un hachazo al ruso. Con fumata blanca, toque y sin sitio en la pista, Sainz ganó la novena posición. Los comisarios, en un inusitado alarde de sensatez, consideraron que en el momento del incidente Sainz ya había adelantado a Kvyat y el resto, archivado como incidente de carrera. Dos puntos para Sainz que han debido de levantar más de una ceja en Red Bull y nos alegraron la tarde al resto.

Siguiente parada: Mónaco. El circuito perfecto para que Honda enmascare su falta de potencia. ¿Habrá por fin puntos para McLaren?


Imagen: F1Fanatic.

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