Hungaroring 2015: Fuegos artificiales

Dicen las malas lenguas que Ecclestone le pidió a Wolff que Mercedes perdiese la carrera, que la Fórmula 1 lo necesitaba. Dicen también que, después de la carrera, se acercó y le dijo que tampoco había necesidad de exagerar.

Ayer, vimos una de esas carreras que llevábamos años echando de menos. Una carrera con opciones, duelos  — cara a cara y estratégicos — , sorpresas, emoción y épica. Ayer, volvimos a ver Fórmula 1. Si tuviese que contar y analizar todo lo que ocurrió en la pista, tendría que escribir un libro en vez de un artículo. Así que voy a centrarme en las cinco cosas que aprendimos del Gran Premio de Hungría:

  1. Cuando Mercedes la caga, vuelve la Fórmula 1. Ya lo vimos en Silverstone; cuando Mercedes tiene problemas o no muestra su contundencia aplastante y habitual las carreras vuelven a resultar interesantes. Los duelos por las migajas se convierten en duelos por el podio y las victorias. Incluso sin la aparición del coche de seguridad, la carrera de ayer habría desbancado a Silverstone como Gran Premio del año.

  2. A los pilotos de Mercedes se les ha olvidado como competir de tú a tú con los rivales. Las actuaciones de Rosberg, Hamilton y, en cierta media todo su equipo, resultaron vergonzosas, rozando lo patético. Tras otra mala salida, Hamilton perdió los papeles. Quiso arreglar el desaguisado con un golpe de mano y terminó cometiendo errores de novato y comprometiendo las opciones de otros pilotos. Y volvió a perder los papeles después del coche de seguridad. Se ganó un drive through y casi arruina la carrera de Ricciardo. El propio Ricciardo volvio a convertirse en víctima de Mercedes cuando Rosberg, henchido de rabia y frustración por la oportunidad para ponerse líder en el campeonato que se veía incapaz de aprovechar, midió mal y le pasó por encima del alerón. El alemán también lo pagó caro: se ganó un pinchazo que le costó cualquier opción de recortarle puntos a Hamilton.

  3. Cuando la potencia y la aerodinámica quedan en segundo plano, el chasis, la finura con los reglajes y piloto mandan. Sólo hace falta mirar a los cinco primeros, los que no cometieron errores, los que mantuvieron el temple, lo que lucharon hasta el final. Vettel, dominante, sacó todo lo que llevaba dentro el Ferrari de segunda fila. Kvyat y Ricciardo, soberbios y espectaculares, pese a sanciones cuando menos estrictas y los empeños de otros por destrozarles el coche, mantuvieron la calma, pelearon toda la carrera con el cuchillo entre los dientes y jugaron como un equipo. Verstappen, ayudado por el favoritismo de su equipo — alguien va a tener que explicar porque, en la primera parada, le cambiaron primero las gomas a él y no a Sainz, que iba delante, regalándole un undercut al holandés y comprometiendo la carrera del español — , sacó lo mejor del chasis del su Toro Rosso y mantuvo el temple en medio del caos. Alonso, mágico e infatigable, aprovechó cada pequeña oportunidad para ganar posiciones. Adelantó a tres en la salida, sacó su McLaren un ritmo sólo al alcance de coche superiores, navegó con aplomo a través de la tormenta, incluso cuando se le torció la suerte — un pinchazo a mitad de carrera que comprometió su estrategia y otra maldita visera que se le volvió a colar en el conducto de ventilación de los frenos — sacó partido y firmó un quinto puesto formidable.

  4. ¿Por qué sigue Maldonado en Fórmula 1? Hat trick de penalizaciones para el venezolano. Primera, por embestir a Hamilton. Ni siquiera intentó tomar la curva cuando el inglés le adelantaba. Segunda, por exceder el límite de velocidad durante el periodo de coche de seguridad virtual. Tercera, por adelantar con el coche de seguridad en pista. Y Grosjean, no anduvo lejos en alardes de finura y estilo. Entre los dos de Lotus acumularon tantas sanciones como el todo el resto de la parrilla junta. Y por desgracia, ya no sorprende a nadie…

  5. McLaren tiene un diamante en bruto en el chasis. Ya teníamos todos claro que el talón de Aquiles del McLaren-Honda se encuentra en el motor. En este circuito donde el motor tiene menos protagonismo, quedó más que claro que el chasis del MP4–30 tiene potencial y sigue evolucionando. Durante todo el fin de semana Alonso y Button marcaron las velocidades más altas de paso por curva y, en carrera, rodaron a menudo al mismo ritmo que la cabeza y otros equipos cuyo motor no renquea. En condiciones complicadas y caóticas y, en parte gracias a ello, metieron a ambos coches en los puntos por primera vez en esta temporada. Pese a los reveses, el optimismo del equipo se asienta sobre cimientos sólidos. #BeliveInMcLarenHonda

Hungaroring nos ha dejado buen sabor de boca para cuatro semanas de parón veraniego. Esperaremos con una sonrisa la llegada del mejor circuito de la temporada: ¡Spa!


Imagen: Editada a partir de un original de McLaren.com.

Antibiographía

Escribiendo, peleando y otras perversiones